Puestos los ojos en Cristo
- El 20/06/2023
Hoy me sorprendí rezar una de esas oraciones que a veces hacemos sin haber averiguado previamente si se puede conceder. Palabras que se hablan un poco por automatismos, sin nunca haber bien pensado en ellas.
Y esta es la confianza que tenemos delante de El, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, El nos oye. 1 Juan 5:14
En esta oración le pedía al Señor Jesús que nos conceda hoy, a mi familia y a mí mismo, la abundancia de su gracia. Y de repente me di cuenta de que mi oración no tenía sentido. Peor aún, esta oración podía ser una manifestación flagrante, una admisión de incredulidad cuando era tan sincera y aparentemente tan humilde.
Es justo que bendigamos a nuestro prójimo rogando que la gracia y la paz en Jesucristo lo acompañen o incluso diciéndole. Las epístolas casi todas comienzan con tal bendición. Pero en lo que a nosotros respecta, ¿por qué deberíamos orar esta oración por nosotros mismos?
La abundancia de la gracia, no tengo que pedirla a Dios, ya que ella está todavía fluyendo, en este mismo momento. ¿Es razonable pedir lo que ya existe? ¡A menos que por supuesto no lo creas! No deberíamos pedir más bien que Dios nos dé un corazón simple y humilde, capaz de recibir esta abundancia sin ninguna limitación. Porque los flujos de gracia fluyen, fluyen.... fluyen sin cesar. Fluyen abundantemente, ahora mismo, tan cierto como Dios está vivo y él nos ama.
Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús. 2 Timoteo 2:1
La gracia ya está en Jesucristo (Jesucristo en nosotros). Se nos recomienda fortalecernos en esta gracia ya disponible
Y los que reinan en la vida, que reinan sobre su naturaleza rebelde, sobre las circunstancias opuestas, sobre las tentaciones son los que reciben la abundancia de gracia. Se les hace capaces de reinar el poder interior que fluye en ellos, a través de la unión viviente con Jesucristo, una unión que es real, aunque invisible a los sentidos. Cristo en nosotros, la esperanza de la gloria...
Porque si por la transgresión de uno, por éste reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Romanos 5:17
Hay claramente una abundancia de gracia que fluye en nosotros, por consecuencia de esta simple unión viviente que nos une a Cristo como una rama que recibe sin esfuerzo la vida que proviene del árbol.
Porque si por la transgresión de uno, por éste reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Romanos 5:17
La simple confianza en esta unión extraordinaria con Cristo en nosotros, esta mirada en pensamiento y en fe desencadena la acogida de esta gracia. Eso es lo que significa poner ojos en Cristo y reinar por medio de Jesucristo. Nos hará correr hacia él, cada vez más, cada día.
corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe Hebreros 12:2
Y el mero hecho de seguir mirando esta dulce y alentadora verdad es suficiente para mantenernos en la bendición, continuamente.
Y si nuestro corazón se agarra con el temor de no poder mantenerse en esta comunión tan asombrosa, con efectos tan extraordinarios, sigue siendo lo que nos tranquiliza esta simple confianza que es él quien nos sostiene y no lo opuesto. Pensando así, nuestra mirada se redirige sobre él y el milagro se reanuda y continúa.
no seas arrogante para con las ramas; pero si eres arrogante, recuerda que tú no eres el que sustenta la raíz, sino la raíz la que te sustenta a ti. Romanos 11:18
El Evangelio (el Cristo que me perdonó, me purificó y ahora vive en mí) es un poder para la salvación de cualquier que cree. Cristo sabe cómo mantenernos en él por el poder de su Espíritu si confiamos verdaderamente en él para eso. Es un Salvador perfecto.
Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree Romanos 1:16
puestos-los-ojos-en-cristo.pdf (170.37 Ko)